Cuánto gana un ginecólogo en Perú
El trabajo de un ginecólogo no solo implica años de estudio y especialización, también una gran responsabilidad: acompañar a las mujeres en etapas cruciales de su vida, desde la adolescencia hasta la maternidad y más allá. Pero, ¿cuánto gana realmente un ginecólogo en el Perú? Las cifras pueden variar drásticamente según múltiples factores, y no siempre reflejan el esfuerzo detrás del título.
Aunque pueda parecer que todos los médicos están bien remunerados, la realidad muestra matices importantes. Las diferencias entre trabajar en el sistema público, una clínica privada o tener un consultorio propio son significativas. También influye el lugar donde se ejerce, si se trata de Lima o una región, y si el especialista cuenta con subespecialidades.
Qué factores influyen en el salario de un ginecólogo
El ingreso de un médico ginecólogo no responde a una tarifa única o estándar. Hay varios factores que modifican su remuneración mensual, entre ellos:
- Tipo de institución donde trabaja: público, privado o independiente.
- Ubicación geográfica: Lima tiene mejores sueldos que muchas regiones del interior.
- Años de experiencia: los primeros años suelen ser los más duros económicamente.
- Subespecialidades o certificaciones adicionales: oncología ginecológica, fertilidad, cirugía laparoscópica, entre otras.
- Cantidad de turnos o guardias que realiza al mes: trabajar más horas implica mayores ingresos, pero también más desgaste físico y emocional.
- Reputación profesional y red de contactos: en la práctica privada, esto puede ser más importante que el currículum.
Cuánto gana un ginecólogo en el sector público
El Ministerio de Salud del Perú (MINSA) establece escalas salariales para sus médicos en función del grado, tiempo de servicio y nivel del establecimiento. Un ginecólogo con nombramiento en el MINSA puede ganar entre S/ 5,000 y S/ 8,000 mensuales, dependiendo del cargo que ocupe y del tiempo que lleve en el sistema.
Por ejemplo, en el portal de Transparencia del Estado es posible encontrar reportes mensuales de sueldos en hospitales nacionales como el Instituto Nacional Materno Perinatal (ex-Maternidad de Lima), donde un ginecólogo con especialidad puede ganar entre S/ 6,000 y S/ 7,500 brutos.
En EsSalud, los sueldos tienden a ser ligeramente más altos. Un ginecólogo en un hospital nacional, con régimen CAS, puede alcanzar los S/ 9,000 mensuales, aunque estas plazas son limitadas y muchas veces solo se accede a ellas por concurso.
Salarios en clínicas privadas
En el sector privado, los ingresos varían mucho más. Algunos ginecólogos trabajan como parte del staff médico de clínicas grandes, mientras que otros alquilan espacios para atender a sus propios pacientes.
Cuando se trabaja en planilla, los sueldos suelen estar entre S/ 7,000 y S/ 12,000 mensuales, aunque esto incluye horarios extensos y muchas veces guardias nocturnas o fines de semana. En clínicas de alta gama en Lima, como la Clínica Delgado o San Felipe, un ginecólogo puede superar los S/ 15,000, especialmente si cuenta con subespecialidades.
Por otro lado, muchos ginecólogos reciben pagos por consulta, no por sueldo. En esos casos, el ingreso dependerá directamente de la cantidad de pacientes que atiendan en el mes. El valor promedio de una consulta ginecológica en clínicas privadas oscila entre S/ 150 y S/ 300, dependiendo del prestigio del médico y la ubicación de la clínica.
Por ejemplo, un ginecólogo que atiende 100 pacientes al mes, cobrando S/ 200 por consulta, podría generar S/ 20,000 mensuales brutos. Pero de ahí se debe descontar el porcentaje que cobra la clínica, impuestos, gastos operativos y servicios auxiliares.
¿Y los que ejercen de forma independiente?
Tener un consultorio privado puede ser una opción rentable, pero también arriesgada. Alquilar un espacio, equiparlo con ecógrafo, instrumental y cumplir las exigencias de sanidad implica una inversión inicial considerable.
En este modelo, el ginecólogo tiene mayor autonomía sobre sus horarios y precios. Puede combinar su agenda privada con trabajo en clínicas o incluso con docencia. En Lima, muchos especialistas combinan su ejercicio privado con actividades en universidades como la Universidad Peruana Cayetano Heredia o la Universidad de San Martín de Porres.
Quienes ya tienen una cartera sólida de pacientes y ofrecen servicios como ecografías, planificación familiar, control prenatal y procedimientos ambulatorios, pueden alcanzar ingresos que superen los S/ 25,000 al mes, aunque con una alta carga de trabajo y presión.
Comparación de ingresos según modalidad
A continuación, una tabla referencial con los ingresos promedio mensuales de un ginecólogo en Perú, según el tipo de institución y experiencia:
| Modalidad de trabajo | Experiencia (años) | Ingreso mensual estimado (S/) |
|---|---|---|
| Hospital público (MINSA) | 0-5 | 5,000 – 6,500 |
| 5-15 | 6,500 – 8,000 | |
| EsSalud | 5-15 | 7,000 – 9,000 |
| Clínica privada (planilla) | 5-15 | 7,000 – 12,000 |
| Clínica privada (por consulta) | Variable | 10,000 – 20,000 |
| Consultorio propio | 10+ | 15,000 – 30,000+ |
Fuente: estimaciones basadas en datos del MINSA, EsSalud, entrevistas a médicos en Lima y sitios como Bumeran y Computrabajo.
¿Conviene estudiar ginecología hoy?
Convertirse en ginecólogo en Perú implica al menos 11 años de estudios: 7 años de medicina general, 3 años de especialidad y 1 año de SERUMS obligatorio. Y no es un camino económico ni sencillo.
La mayoría de facultades privadas de medicina tienen pensiones elevadas, que superan los S/ 1,500 mensuales, lo cual representa una inversión significativa. A esto se suma el costo de las maestrías o diplomados en fertilidad, cirugía mínimamente invasiva o medicina fetal, que pueden marcar la diferencia salarial.
A pesar de la inversión y los años de formación, quienes logran posicionarse bien pueden tener ingresos elevados y una carrera estable. No obstante, los primeros años suelen ser económicamente complejos. Como todo oficio de vocación, el ingreso económico es solo una parte de la ecuación.
La brecha salarial entre regiones
No todos los ginecólogos en Perú ganan lo mismo, y eso se nota especialmente fuera de Lima. En regiones como Puno, Loreto o Cajamarca, los ingresos suelen ser menores. Esto se debe a la menor oferta privada, falta de infraestructura y menor poder adquisitivo de los pacientes.
En estas zonas, muchos médicos dependen exclusivamente del trabajo en hospitales públicos. Aunque algunos reciben incentivos por trabajar en zonas alejadas, los montos no compensan del todo las limitaciones laborales y personales.
Dicho eso, también hay oportunidades: en ciudades como Trujillo o Arequipa, hay clínicas privadas consolidadas donde los ingresos pueden ser comparables a los de Lima.
Qué opinan los propios ginecólogos
Luis*, ginecólogo con 12 años de experiencia y consultorio en San Borja, señala que “el trabajo es estable, pero desgastante. Las emergencias no tienen horario, y muchas veces los pacientes quieren que uno esté disponible 24/7. Eso no siempre es compatible con la vida personal”.
Por su parte, Rocío*, especialista en gineco-obstetricia en una clínica privada de Miraflores, comenta: “al inicio ganaba poco, pero fui creciendo con recomendaciones. Lo más importante es la confianza que las pacientes te tienen, eso no se compra”.
Ambos coinciden en que más allá del sueldo, lo que más pesa es la dedicación constante, la actualización médica y la empatía.
Reflexión para quienes consideran esta carrera
La ginecología es una especialidad exigente, tanto en lo emocional como en lo físico. Requiere formación continua, tolerancia al estrés y muchas horas de guardia. Para quienes la eligen por vocación, puede ser muy gratificante, tanto en lo humano como en lo económico, una vez superados los años iniciales.
Quienes estén evaluando esta carrera deben considerar no solo los ingresos, sino el estilo de vida que implica. En muchos casos, el prestigio y el sueldo no llegan inmediatamente. Pero con constancia, buen trato y profesionalismo, sí es posible construir una carrera sólida y bien remunerada.
*Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los entrevistados.
